domingo, 30 de diciembre de 2012

EL REPOSO DEL GUERRERO




-Ahí te está llamando otra vez....
-Soy toda oídos y lo mejor de todo es que cuento con el 
tiempo suficiente como para escucharte y saber porqué
no queres hablarle.
-Porque si le contesto corro el riesgo de tener un ataque
de sinceridad, actitud que en vez de valorar, puede llegar
a ridiculizar y por consiguiente va a alterarme..al fin y al
cabo el problema lo tiene él y no yo.
Yo te digo, prefiero quedar en la historia de su vida como
una mina rara, a.... 
-¡Bueno basta! ¡Contá de una vez... queres!
Para ser sincera me sorprendió realmente. 
Durante los años que llevo de conocerlo, no me 
imaginaba algo así, lo cierto es que jamás me llamó la 
atención como  hombre.
Cuando lo vi por primera vez, me lo presentaron como 
la pareja de. En ese momento la impresión,  primera y 
única ( porque jamás la modifique, hasta hoy) que tuve
de él fue de un tipo serio, de pocos amigos, por ahí, hasta 
si queres ... jodido, porque andaba siempre solo, bueno, 
a veces con su pareja, yo los cruzaba muy de tanto en 
tanto en un boliche, al que no frecuentaba demasiado.
Una noche, a todo esto ya habían pasado varios años de
lo que te acabo de contar, me lo cruzo en una fiesta de 
cumpleaños dentro del boliche. Andaba solo y no se que 
fue... seguramente la combinación que tiene una noche 
de salida; luces, alegría, música, predisposición, no se... 
pero me hicieron prestarle atención, la que nunca había 
tenido para él.  Eso hizo que pasáramos mucho rato 
bailando y charlando. 
Finalmente agotada le anuncio que me iba y se ofrece 
para llevarme hasta donde yo fuese.
Salimos entonces en dirección a mi casa, íbamos en 
silencio,  propio de él -pensé- yo no sería la que abriese 
el diálogo, porque si hay algo a lo que me niego con 
fuerza, es a tener que decir cosas insustanciales, con el 
solo fin de rellenar los  silencios. 
Por lo tanto, eramos dos mudos.
Hasta que de pronto empezó a hablar en un tono grave,
detalle que me hizo dar cuenta que se había tomado ese 
tiempo de silencio por algo... entonces -me dije- 
Presta atención. No te pierdas detalle. 
Recepcioná...Archivá...después Revisá.
Habló de las mujeres de su vida...
-Con mi ex solo nos une la nena, pero estoy muy 
pendiente porque estamos  en un juicio de tenencia.
A Carmen (la ex con lo que yo lo había conocido y que 
había muerto en un accidente hacía casi dos años) 
No me la olvido pobre, debe haber pocas como ella.
Y hay alguien,...una dentista dando vueltas por ahí, 
pero casi ni nos vemos... Salimos algunas veces pero no 
se que le pasó porque estaba todo bien. 
Un día la llamé y le pregunté que pasaba y me contestó...
¡Vos sos grande!...
No tengo que decirte lo que pasa!
A todo esto yo no emitía sonido, su monólogo era rico 
en detalles de todo tipo y no pretendía arruinarlo. 
Como ya te imaginarás, yo había puesto mi cerebro a 
funcionar en otra velocidad y pensé... Mmmmm 
Esta buscando comprensión de mi parte y cuando el 
hombre apela a este sentimiento es por dos motivos...
1º Porque está imposibilitado de dar
( ya sea porque no tiene o porque no puede)  y 
2º Porque no quiere 
(ambas por supuesto, en su propio beneficio)
Nos despedimos sin demasiados adioses y ya en casa 
decidí mi actitud frente a él (dado que me aventajaba) 
No ayudarlo con el famoso empujón que solemos dar 
como al descuido las mujeres. 
Aunque conmigo estaba perdido. La idea que tenía era 
la de relacionarme con un hombre y no con un cobarde. 
Y él se perfilaba como tal.. 
Ese fue su primer punto en contra y yo pase a ocupar
una posición más alejada. Entonces se tuvo que jugar...
Unos diez días después de aquella noche me llamó y 
tras hora y media de lata me invitó a cenar.
Te cuento que gran parte de la cena nos visitaron en 
un desfile constante sus ex y así él ...seguía sumando 
en negativo.
A la altura del postre, yo también invité a mis ex para 
que no estuviéramos tan solos, ya que empezaba a 
considerar, en agregarlo a mi lista de amigos.
Pero una semana después de la cena hubo un siguiente 
llamado. 
Esta vez de dos horas, harta casi a punto de claudicar, 
mi galán tomó las riendas.
-Y......?  Dale contá.   ¡¡No te pares justo ahora!!
-Que puedo decirte... la desilusión fue grande de verdad. 
Y más, cuando lo recordaba diciéndole al recepcionista
Una especial por favor, doble turno....
Patético, vergonzoso... Y el gasto del hotel innecesario...
Ni que hablar del doble turno......
Por algo estaba solo.  Literalmente estaba solo para todo.
Se había acostumbrado tanto a arreglárselas de esa 
forma, que a mí no me necesitó para nada, ni siquiera 
para ver la diferencia que hay entre una mujer de carne 
y huesos a la del holograma de la computadora.
¿Responde eso, al porque de la decisión de no contestar 
sus llamadas?
De hacerlo, me expongo a que tal vez me pregunte lo 
mismo que a la dentista y dudo mucho de que yo le diera 
la misma respuesta.
Probablemente le diría muy suelta de cuerpo, que si no 
revé su forma de vida, aunque haya pasado hace mucho
su adolescencia, puede de igual forma tener graves 
problemas de acné... 
¿Y para que complicarme?
Allá él...Yo tengo un cutis de porcelana..... jajajaaja



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